Los municipios se esfuerzan por dejar atrás los efectos provocados por la dana hace un año

Publicado el 29 de octubre de 2025, 9:34

Hace un año que el cielo se derrumbó sobre buena parte de la provincia de Teruel provocando cuantiosos daños materiales de los que el territorio trata de reponerse, doce meses después. La dana que arrasó Valencia se cebó, apenas unas horas después, con las poblaciones de Montalbán y la Hoz de la Vieja, y también puso en jaque a Libros y a Olba, que sufrieron los embates del agua.

Las administraciones no tardaron en responder a la emergencia y todas ellas ayudaron en lo que pudieron desde el primer momento. Los ayuntamientos vecinos, las comarcas, y los gobiernos estatal, regional y provincial activaron todos sus operativos para tratar de paliar los efectos de la catástrofe.

La Hoz de la Vieja

La riada bajó con violencia el 30 pro la mañana en la rambla que atraviesa la Hoz de la Vieja arrastrando a su paso los puentes que unen las dos mitades del pueblo e inundando las casas del Barrio Bajo, causando averías en la red de saneamiento y de agua potable.

La alcaldesa, Laura Royo, reconocía esta semana que en el municipio “la mayoría de las casas que dañó la dana ya las tenemos más o menos bien”, sobre todo los daños que se produjeron en el casco urbano, que se han reparado casi todos por lo que aseguró que en el pueblo están “contentos”. “Nos queda por reparar los caminos”, dijo Royo, que explicó que aunque se ha solicitado a la Diputación que intervenga en ellos, reconocen que “la DPT no llega a todo”. Sin embargo, la alcaldesa lamentó que los trabajos de reparación del sistema de riego, que resultó dañado por la tromba, “se haya quedado fuera de las ayudas”.

Una de las actuaciones ha sido la construcción de una pared de roca para proteger el cauce de la rambla a su entrada al municipio que, de manera excepcional, se ha consolidado con cemento para evitar que posibles nuevos episodios de ese calado pudieran arrastrar las rocas a la rambla y dificultar el paso del agua.

Después de que el agua desbordase el cauce de la rambla por la Hoz de la Vieja, se han realizado labores de limpieza y dragado del lecho, se han restituido las pasarelas y levantado una escollera.

En cualquier caso, en La Hoz, todos respiran aliviados después de comprobar que la riada del año pasado no resultó tan destructiva como la de 2013. Una de las vecinas del Barrio Bajo, Manuela Rubio, recordaba este lunes que el 30 de octubre sintió “miedo” porque tenía el “recuerdo de 2013” cuando el agua entró en su casa hasta una altura de 140 centímetros, mientras que el año pasado apenas alcanzó el medio metro. No obstante, la gran mayoría de la casas cuya fachada da a la rambla en la Hoz de la Vieja han instalado una segunda puerta para impedir la entrada de agua en posibles nuevas avenidas.